Desde la planta 49 del emblemático Rockefeller Center, me encontré con mi cámara en mano, inmerso en una tarea desafiante: capturar una instantánea sin la presencia de personas en la famosa terraza. En una metrópolis abarrotada como Nueva York, esta misión parecía una rareza casi imposible de lograr.

Mientras aguardaba pacientemente, mi vista se posó en el horizonte, donde el último tramo del icónico Empire State Building se alzaba majestuoso. Era una imagen que simbolizaba la grandeza de Nueva York.

Nobody in Top – Edición limitada – Fotografía Ricardo Miras

Finalmente, llegó el momento que parecía esquivo. La terraza quedó inusualmente vacía, y mi pulso se aceleró. Con precisión, capturé la fotografía anhelada, con el Empire State Building en todo su esplendor y la ausencia de personas como un tesoro inesperado.

Ese instante raro y efímero en la bulliciosa Nueva York me recordó que, incluso en la ciudad que nunca duerme, hay momentos fugaces de tranquilidad y singularidad que merecen ser apreciados y celebrados. Como fotógrafo, mi logro no fue solo la imagen en sí, sino el testimonio de la rareza de encontrar un oasis de soledad en medio de la multitud.

 

Autor: Ricardomiras.com